Entre las estupendas reediciones que está llevando a cabo la editorial Kalandraka se encuentra un clásico de la literatura infantil incansablemente recomendado: Historias de Ratones, de Arnold Lobel.
"—Papá, ya estamos todos en cama —dijeron los ratones—. Anda, cuéntanos un cuento. "
—Haré algo mejor —dijo Papá—. Os contaré siete cuentos, uno para cada uno de vosotros, si prometéis dormiros en cuanto haya terminado.
—Te lo prometemos —respondieron ellos.
Y Papá empezó..."A partir de ahí se suceden siete breves historias que, por su ternura, sólo pueden remitir o al mundo de la primera infancia o al de la propia infancia idealizada de Arnold Lobel.
A mi modo de ver, la bondad de todos esos cuentos procede del mismo lugar de la que sale la que acompaña a Sapo y Sepo: del extrañamiento que produce la falta de lógica adulta y la remisión a una lógica infantil que no pregunta todavía los porqués de las cosas y que se los explica de una manera mágica.
En uno de los cuentos, por ejemplo, una ratita quiere que un pozo le conceda un deseo. Y no sólo no se extraña de que el pozo se queje cuando tira una moneda a su interior, sino que encuentra una solución que le gusta tanto al pozo que este ya no podrá negarle nada. Y ello porque en ese mundo infantil nada puede salir mal y sólo son perceptibles las realidades que giran hacia el cumplimiento de los deseos.
Pese a manejar unos recursos narrativos próximos a los que utilizan los cuentos tradicionales: la personificación de animales, la repetición de palabras y situaciones... y el pensamiento mágico, sobre todo, hay un factor que les hace esencialmente diferentes a ellos: la ausencia absoluta de violencia. Todos los cuentos de Arnold Lobel irradian calma, tranquilizan.
Pese a manejar unos recursos narrativos próximos a los que utilizan los cuentos tradicionales: la personificación de animales, la repetición de palabras y situaciones... y el pensamiento mágico, sobre todo, hay un factor que les hace esencialmente diferentes a ellos: la ausencia absoluta de violencia. Todos los cuentos de Arnold Lobel irradian calma, tranquilizan.
Si tuviera que elegir una sola de las historias diría que mi preferida es El Viaje, un cuento precioso que, además, se presta a esos juegos de lenguaje que tanto les gustan a los niños pequeños: la impostación de distintas voces, la posibilidad del reparto en la interpretación de los personajes de quienes están leyendo, la repetición de palabras y frases, la acumulación de elementos que han de repetirse en orden...
Este es un libro excelente para leer a los niños a partir de los 4 años, pero también para que lo lean quienes se están iniciando en la lectura autónoma (normalmente entre los 5 y los 7 años).
Historias de ratones
Autor: Arnold Lobel
Ilustraciones del autor.
Kalandraka Editora.
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