Este es un libro tierno para niños pequeños y para papás, basado más en la sugerencia que en el mostrar explícito. Esta es precisamente su principal riqueza: la capacidad evocadora, ya que a partir de imágenes sencillas podemos recrear acontecimientos concretos y, en su sucesión, el transcurrir de una relación.
Reconozco que soy reacia a esos cuentos "minimalistas"que, desde una sucesión de ternuristas imágenes esquematizadas, apelan al lector para que construya la historia llamándole poco menos que obtuso si no lo consigue o no consigue disfrutar con ello. Pero en este caso uno sonrie a cada momento, porque cada imagen del niño es una muestra de confianza, cada imagen del adulto la viva imagen de la responsabiliad y cada escena una muestra tranquila de aquello que debe ser el transcurrir diario de una relación placentera entre padres e hijos.
Reconozco que soy reacia a esos cuentos "minimalistas"que, desde una sucesión de ternuristas imágenes esquematizadas, apelan al lector para que construya la historia llamándole poco menos que obtuso si no lo consigue o no consigue disfrutar con ello. Pero en este caso uno sonrie a cada momento, porque cada imagen del niño es una muestra de confianza, cada imagen del adulto la viva imagen de la responsabiliad y cada escena una muestra tranquila de aquello que debe ser el transcurrir diario de una relación placentera entre padres e hijos.
¿Qué y quién es "este" papá para su niño?
Es la ayuda y la protección.
Pero también es el juego y el empuje, la escucha, la conversación y el referente moral. No falta nada.
Se trata de mostrar a un niño lo que puede y debe ser su papá y de mostrar a cualquiera que quiera entenderlo lo que debe significar ser padre -o madre. Así que, al final, ternura sí, pero acompañada de responsabilidad. Un libro que se aleja de la ñoñería y del dejar hacer, de la concesión de los caprichos como compensación de ausencias. Un libro que enseña que ningún objeto puede suplir a la palabra, la ayuda, la compañía, la responsabilidad y la dedicación de tiempo, de mucho tiempo.
Si buscásemos un símil para describirlo mejor, sin duda lo encontraríamos en la comida: P de papá sería un libro slow food, frente a las hamburguesas y pizzas rápidas a que equivaldrían todas esas colecciones de libros infantiles que se venden por metros. Porque si un niño puede leer rápido este libro de pocas palabras -dos en cada página- , un adulto puede utilizarlo como fuente placentera de conversación y de recreación de situaciones, tanto si es padre como si es maestro, con lo que se volvería al lenguaje primero de la tradición oral como fuente de relato y del placer de escuchar.
Si buscásemos un símil para describirlo mejor, sin duda lo encontraríamos en la comida: P de papá sería un libro slow food, frente a las hamburguesas y pizzas rápidas a que equivaldrían todas esas colecciones de libros infantiles que se venden por metros. Porque si un niño puede leer rápido este libro de pocas palabras -dos en cada página- , un adulto puede utilizarlo como fuente placentera de conversación y de recreación de situaciones, tanto si es padre como si es maestro, con lo que se volvería al lenguaje primero de la tradición oral como fuente de relato y del placer de escuchar.
P DE PAPA de ISABEL MARTINS
KALANDRAKA EDICIONES ANDALUCIA, S.L. 2009
Precio: 13€